Yo soy S: una mirada poética a la infancia y al paso del tiempo
Ana Segura Anaya entrevistó a nuestro autor, Míchel Gracia, conocido como Sputmich, en La Torre de Babel, de Aragón Radio. Hablaron sobre Yo soy S, un libro que explora la infancia como un lugar donde todo se siente incluso antes de poder nombrarlo: lo que duele, lo que falta, lo que no se dice.
Compartimos aquí la transcripción de la entrevista, que puedes escuchar en el podcast de Aragón Radio.
Una conversación sobre memoria, ficción y ternura
Ana Segura. (…) Míchel Gracia también da el salto a la narrativa con Yo soy S, un conjunto de recuerdos, relatos fraccionados, que componen una novela sobre la infancia y la nostalgia de lo perdido.
Míchel Gracia se dedica profesionalmente al ámbito de la publicidad, un ámbito en el que juega con imágenes, palabras y conceptos. Lo conocimos con esta premisa, con Palabarismos y Más palabaris mos, dos libros de greguerías en los que Michel nos regalaba imágenes, estados de ánimo y reflexiones sobre la propia poesía. Un buen poema, decía, es asomarse a la ventana. Nos asomamos ahora otra ventana, a la de la infancia, porque Míchel da el salto a la novela y lo hace mirando al pasado, a la niñez, con un libro, Yo soy S, en el que recupera recuerdos inventados (o no) del patio del colegio y reflexiona sobre la infancia y el paso del tiempo.
Hemos elegido Forever Young de Rod Stewart por aquello darle un poco de alegría, Míchel. Gracias y muy buenas tardes, bienvenido. Bueno, no nos vamos a poner tristes, ¿no?
Míchel Gracia. Bueno, pero la novela no es triste. Sí que empecé a escribirla como una especie de ajuste de cuentas con mi pasado, pero en un momento dado se me atascó la historia, veía que no evolucionaba, no tenía interés y, pasado el tiempo, la retomé y cambié el punto de vista. De la típica novela en tercera persona pasé la primera persona y con los verbos en presente, como si fuera el protagonista, el niño, el que va contando todo según le va ocurriendo. A partir de esto fue cuando me surgió todo como un flujo de inspiración que, la verdad, escribí bastante rápido. Entonces fue cuando ese ajuste de cuentas con el pasado se convirtió más bien…, pasé de la rabia al amor, al amor por ese niño que que ve que el mundo no es como le gustaría y no debería ser así.
Pasé de la rabia al amor, al amor por ese niño que ve que el mundo no es como le gustaría.
Ana Segura. Llega un momento en la vida de cualquiera en el que parece que el cuerpo te pide precisamente eso, echar una vista atrás, a lo que fuimos a lo que nos dejó la infancia.
Míchel Gracia. Supongo que sí, es bastante bastante clásico. A mí me ha ocurrido también que al cumplir años me venían a la mente recuerdos que no recordaba, o sea, cosas que me habían pasado y que de alguna manera había borrado, y entonces, claro, yo empecé a dudar de si lo que recordaba realmente había ocurrido o era fruto de mi imaginación. Y por eso la novela, en realidad, está jugando todo el rato con mi experiencia pasada, más cosas inventadas, más cosas tergiversadas, todo novelado. Yo ya no sé si lo que cuento ahí es verdad o no, si ha ocurrido, y tampoco me parece que sean importante.
No sé si lo que cuento ocurrió o lo imaginé, y tampoco me parece importante.
Ana Segura. Dejamos esto claro, Yo soy S no es exactamente unas memorias, son muchas más cosas. Sí que es verdad que este libro tiene mucha carga de reflexión sobre la infancia, sobre el paso del tiempo, sobre la familia, sobre la amistad, sobre un montón de cosas más.
Míchel Gracia. Sí, el protagonista es un niño un poco peculiar, solitario, que pretende pasar inadvertido porque lo que lo que ve alrededor no le gusta. Entonces se dedica a pensar y a reflexionar, a lo mejor como demasiado adulto. Ahí aquí hay un juego literario, te tienes que creer que este niño es capaz de elaborar estos pensamientos. Te tienes que plantear, pero desde una perspectiva más pura, más inocente, cuál es la situación del esquema social en el que todos vamos de cabeza, que casi sin querer, o sin querer, aceptamos tal y como es, lo normalizamos, pero a lo mejor con el tiempo pues vamos dudando de que todo eso, como le pasa al protagonista, tenga que ser así y que podría ser de otro modo.
Ana Segura. Tú hablabas ahora de la inocencia: yo tenía anotado ese punto de ternura que tiene este texto, esta narración, pero que tú combinas muy bien con otra parte de ironía. Es decir, estás jugando siempre entre ambas perspectivas. ¿Cómo has hecho esta combinación?
Míchel Gracia. Yo creo que todo surge de ese intento de que, al estar escrita en primera persona, al titularse así, Yo soy S, el lector no piense que yo soy S. Ahí está la primera ironía: yo digo eso en el título, pero luego yo, el autor, no es ese niño. Aunque, por ejemplo, lo ha leído mi madre y me ha dicho: “Ay, hijo mío, no sabía que yo lo habías pasado mal en el colegio”; y le digo: “Hombre, que ese niño no soy yo, hay cosas mías y otras que no lo son”. Sí que hay muchos detalles costumbristas, mucho reflejo de lo concreto, nombro calles, un hombro el colegio, del que se habla muy explícito, o de las localizaciones; cosas que me pasaban a mí personalmente… Pero eso lo hago para darle verosimilitud, por un lado, y por otro lado, utilizo pasajes que son oníricos o incluso psicodélicos, un niño con su imaginación, para romper esa idea de frontera entre lo real y lo imaginario. ¿Qué es real, lo que el niño ha soñado o lo que está contando que le pasa? ¿O se lo imagina, se lo inventa y él lo interpreta así? Quería ser un poco ambiguo en ese aspecto.
Ana Segura. Tú sitúas la acción de Yo soy S en los años 70, es decir, que los que fuimos niños en los 70 sabemos perfectamente de lo que hablas: el colegio de curas, la merienda, los amigos, volverá a casa, etcétera. Al final dicen que la infancia es universal. Entiendo que muchos de tus lectores, independientemente de la historia, se habrán reconocido incluso en algunas de las anécdotas.
Míchel Gracia. Sí, sobre todo mucha gente de mi edad me ha dicho que era una novela generacional, sí, de una generación concreta. Pero yo tenía la intención de que fuera más allá. Lo ha leído también gente más joven, incluso gente de otros países que lee en español, como mi mujer, y ella ha reconocido a ese niño indefenso, vulnerable, enfrentado a una sociedad muy complicada en la que estás atrapado y a la que te tienes que adaptar para formar parte de gran engranaje. Entonces yo creo que tiene una universalidad o eso es lo que me gustaría creer, además de la parte más costumbrista o más identificable. Puede que alguien diga, “esto no era así en mi colegio”, pero no es eso de lo que estamos hablando.
Ana Segura. Estamos hablando con Míchel Gracia de Yo soy S, una novela que publicas con la editorial Zsa Zsa Zsú Ediciones, que es un libro que aúna memoria, reflexión, es un libro sobre la infancia y sobre cómo ve un niño aquellos años. Cuando tú viniste a la Torre de Babel la vez anterior fue con esos pequeños libros de aforismos de greguerías que tú publicabas. Pasar de eso a una novela es un cambio radical. ¿Qué problemas, qué complicaciones, qué dolores de cabeza te ha supuesto este camino?
Míchel Gracia. Ninguno porque para mí son dos cosas diferentes. Como has dicho antes, yo soy creativo de publicidad y durante toda mi vida he estado escribiendo y viviendo de escribir. Entonces un día me di cuenta de que yo ya era escritor, y solo me faltaba escribir algo que no fuera de encargo, por así decirlo. El tema de las greguerías o palabarismos, que llamo yo, tiene mucho que ver con el eslogan publicitario, son frases cortas, brillantes, o que pretenden serlo, y que llaman mucho la atención, que comunican mucho en muy pocas palabras, pero yo tenía el interés muy vivo por escribir una novela, un relato largo. De hecho, ya he escrito la segunda también, o sea, que tengo un proyecto. Estoy con la tercera, tengo un proyecto de seguir trabajando en ese sentido, pero mis focos de interés son muy variados. Aparte de la literatura también escribo poesía… Pero para mí no es una ruptura ni un cambio de registro, porque, al final, este libro es mucho prosa poética, es muy parecido a la poesía, muy parecido también a los palabarismos, según yo lo veo.
Ana Segura. Nos dices que tienes ya un nuevo libro por este camino, es decir, ¿sigue la historia o es algo radicalmente distinto?
Míchel Gracia. Pues al principio no iba a serlo, pero al final al personaje también lo he llamado S, y puede ser distinto o puede ser el mismo que ha cambiado mucho. La segunda novela está ambientada en un cuartel durante el servicio militar, con lo cual tiene mucho también de autobiografía o de referencias autobiográficas, pero se parece un poco a este porque, si aquí es un niño encerrado en un colegio que se tiene que adaptar a unas normas que le parecen absurdas, pues en un cuartel durante el servicio militar, es absolutamente lo mismo, un sinsentido. Sabes que, igual que el colegio un año termina y pasas a otro nivel, cuando terminas el servicio militar volvías a la vida real. Y también hay juego con la fantasía, con los sueños.
En la novela juego todo el rato con la frontera entre lo real y lo imaginario.
Ana Segura. Y también será un libro absolutamente generacional, sin ninguna duda.
Míchel Gracia. Claro, claro.
Ana Segura. Nos acabas de decir que vienes del mundo de la publicidad. Si tuvieras que elegir una frase de Yo soy S que resuma la intención, es decir, si tuvieras que darnos un eslogan, un titular, en el mundo del periodismo, de lo que es Yo soy S, ¿cuál sería?
Míchel Gracia. Como me pillas un poco así, por sorpresa, yo usaría la muletilla que utiliza el personaje durante todo el libro: que es “la vida no debería ser así”.
La vida no debería ser así
Ana Segura. ¿Y cómo debería ser la vida?
Míchel Gracia. Pues de otro, no lo sé, si lo supiera sería muy fácil resolverlo todo. Pero hay que probar otras cosas, no podemos repetir lo mismo, como decía Einstein.
Ana Segura. Yo soy S de Zsa Zsa Zsú Ediciones. ¿Dónde podemos encontrarlo?
Míchel Gracia. En las librerías está bajo pedido, hay que encargarlo y en dos días lo entregan, por eso que hablábamos antes de la saturación del mercado de libros, que las librerías no dan abasto para contener todo. Y también hay una página web en la que se puede encargar.
Ana Segura. Si leyeron en su momento sus palabarismos seguro que conocen cuál es su obra, y esta es una forma diferente de aproximarse a otro punto de vista sobre una época concreta, los años 70, ese niño que se siente distinto y mira el mundo desde la ternura y también con un puntito de ironía. Míchel, mucha suerte con este libro. Muchas gracias por habernos acompañado.
Míchel Gracia. Muchas gracias a ti y hasta pronto.


